Mi amigo tenia un carácter impulsivo, le hacía reventar en cólera a la menor provocación.
La mayor parte de las veces, después de uno de estos incidentes, se sentía avergonzado y se esforzaba por consolar a quien había dañado.
Un día el consejero de mi amigo, quien le vio dando excusas después de una explosión de ira, le entregó un papel liso.
Y entonces le dijo: Estrújalo!
Asombrado, obedeció el hizo una bola con él papel. Luego le dijo:
Ahora déjalo como estaba antes. Por supuesto que no pude dejarlo como estaba.
Por más que traté, el papel quedó lleno de arrugas. Entonces mi consejero habló:
“El corazón de las personas es como ese papel.
La impresión que dejas en ese corazón que lastimaste, será tan difícil de borrar como esas arrugas en el papel.
“Aunque intentemos enmendar el error, ya estará “marcado”.
Por impulso no nos controlamos y sin pensar arrojamos palabras llenas de odio y rencor, y luego, cuando pensamos en ello, nos arrepentimos. Pero no podemos dar marcha atrás, no podemos borrar lo que quedó grabado. Y lo mas triste es que dejamos “arrugas” en muchos corazones. Desde hoy, se más compresivo y más paciente, pero en especial aprende a dejar el orgullo a un lado y haz como haría un valiente, Pide perdón y reconoce tu error.
Cuando sientas ganas de estallar recuerda “El papel arrugado”.
“La cordura del hombre detiene su furor; Y su honra es disimular la ofensa.” Proverbios 19:11
“La blanda respuesta quita la ira: Mas la palabra áspera hace subir el furor.” Proverbios 15:1