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Año Nuevo-Marcos Vidal

Año Nuevo-Marcos Vidal



Encomienda a Jehová tus obras,

Y tus pensamientos serán afirmados. 
Proverbios 16:3




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Año Nuevo

El Tabernáculo de la Gracia te desea

¡Feliz Año!


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Con los ojos bien abiertos

Con los ojos bien abiertos

Un nuevo año está por comenzar, y ya vamos dejando de lado los balances  necesarios al finalizar el año viejo para avanzar en lo que será la forma en que encaremos el año nuevo. Atrás quedan las alegrías vividas y las tristezas sufridas a lo largo del año pasado, para dar lugar a las expectativas de más alegrías y de menos tristezas. Como creyentes, tenemos que hacernos el propósito de no depositar nuestras esperanzas en lo que nos pueda ocurrir, sino en vivir este nuevo año con los ojos bien abiertos para ver a Cristo y sus bendiciones en medio de los días de luz y en medio de aquellos dominados por las más oscuras nubes.
Si comparamos al año que comienza con un nuevo camino que se abre ante nosotros, que es totalmente desconocido en cuánto a que nunca lo hemos transitado antes, es deseable que vayamos muy atentos, porque la preocupación de nuestro buen Padre será bendecirnos a lo largo de este nuevo año, como así también ser usados por él para ser difusores de su bendición a otros que la necesiten.
Tres clases de males debemos evitar para este año que comienza, males que nos harán no ver las bendiciones que Dios ponga a nuestro alcance y las oportunidades para bendecir a otros: caminar mirando para atrás, caminar distraídos, ir con una venda en los ojos.
El camino a emprender es nuevo en su totalidad, lo que implica que hay algo fresco y desconocido a cada paso. Si vamos mirando todo el tiempo a lo que quedó atrás, sean alegrías que añoramos o tristezas que nos atan al pasado, no veremos cuando la bendición se encuentre delante de nosotros. Y como el caminar es un ejercicio dinámico, cuando queramos acordarnos, estaremos mirando las bendiciones de hoy como cosas que pasaron sin ser aprovechadas. Nada podemos traer del pasado, ni nada podemos arreglar de él. Mira adelante, porque allí está tu bendición.
Si bien tenemos que ir atentos a todos los detalles que el camino tiene para nosotros, pues cada detalle puede en sí ser una bendición, tampoco debemos distraernos en demasía con ellos, pues nos iremos perdiendo otras bendiciones que aparecerán más adelante. Podemos distraernos incluso con alguna bendición que recibamos, pero que nunca tuvo el objeto de ser el centro de nuestras vidas, sino una de tantas bendiciones que tendremos de parte de nuestro Padre; si nos centramos tan sólo en una bendición, estaremos despreciando la demás (un ejemplo puede ser que recibamos ese trabajo que tanto anhelábamos y que hagamos de él, el todo de nuestras vidas, olvidando a Dios, la familia,  la iglesia...). Podemos distraernos también con las luces y los flashes del mundo que nos rodea, sólo para que comprobemos, al terminar el año, que tanta luz artificial nos ha hecho no ver todo lo que Dios había preparado para nosotros.
Podemos ir por el camino con una venda en nuestros ojos; la venda de la incredulidad. Alguna cosa te ha pasado en este último tiempo y voluntariamente has cerrado tus ojos para no querer saber más nada de Dios. Te has detenido demasiado tiempo en lo que te pasó, sin ver que Cristo estaba allí a tu lado. La venda de la incredulidad te fue ofrecida por el enemigo y te la pusiste, pensando que así caminarías mejor, pero lo único que lograrás será que te golpees aún más en el camino.
Un nuevo año comienza, tengamos pues los ojos bien abiertos para que cada día sea una nueva aventura y una nueva expectativa de disfrutar de todo lo que Dios tiene preparado para cada uno de nosotros.
Mi deseo, en una época propicia para ello, es que yo y cada uno de ustedes vivamos este año con los ojos muy abiertos para ver dónde se halla la bendición de Dios y dónde él quiere que seamos de bendición. Busquemos más y más de ÉL (Is. 55:6) y dejemos que ÉL sea el que nos dirija. 

Lea: Is 43.18:19
Fuente: www.aljueazo.com.ar

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Las Huellas

Camina con Jesús

Una noche en sueños vi que con el Señor caminaba
junto a la orilla del mar bajo hermosa luna plateada.
Soñé que en los cielos veía toda mi vida representada
en celestiales escenas que en silencio contemplaba.

Dos pares de firmes huellas en la arena iban quedando,
mientras con el Señor íbamos cual amigos conversando.
Miré atento hacia atrás esas huellas reflejadas en el suelo,
pero algo extraño observé y me invadió gran desconsuelo.

Observé que algunas veces al reparar en las huellas,
en vez de ver los dos pares veía solo un par de ellas.
Observaba también yo que aquel solo par de huellas,
se advertían mayormente en mis noches sin estrellas
en los días de mi vida llenos de angustias y tristeza,
cuando el alma necesita más del consuelo y fortaleza.

- Pregunté triste al Señor:

¿Señor, tu no has prometido que en horas de aflicción
siempre a mi lado estarías dando muestras de tu amor?
Pero noto con tristeza que en medio de mis querellas,
cuando más aflige el dolor solo veo un par de huellas.
¿Dónde están las otras dos que indican tu compañía,
cuando las tempestades sin piedad azotan la vida mía?

- Y el Señor me contestó con ternura y compasión:

Escucha bien hijo mío, comprendo tu confusión,
Siempre te amé y te amaré y en tus horas de dolor
siempre a tu lado permanezco para mostrarte mi amor.
Mas si en ocasiones ves solo dos huellas al caminar
y no puedes ver las otras dos que se deberían reflejar,
es que en tu hora afligida cuando flaquean tus pasos,
no hay huellas de tus pisadas porque te llevo en mis brazos.

(Anónimo)

Jesús quiere que te des cuenta de que va a estar contigo todos los días de tu vida hasta el fin del mundo si le permites entrar en tu corazón y morar en tu vida. 
Él te ama con amor eterno, y quiere que sepas que jamás estarás solo,
 que ÉL irá contigo adondequiera que vayas.

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Dios es Bueno

Dios es Bueno

Ya estamos en los últimos días de este año que se ha pasado volando, y es  en estas fechas cuando recordamos todas las experiencias que hemos vivido en este año y es un buen tiempo para pensar y reflexionar en todo lo que El Señor nos ha dado durante el año y todo lo bueno y maravilloso que el ha sido contigo y conmigo.
Y es que no podemos negar que El ha sido bueno con nosotros durante este año, pues has visto un nuevo amanecer cada día, has gozado de salud, durante este año tuviste un techo, seguramente este año no te falto el alimento, etc. Hay tantas cosas por las cuales agradecer a Dios por que si no fuera por El no podríamos tener nada de lo que hoy en día tenemos, si no fuera por su amor, por su gracia, por su misericordia, por su bondad en nuestras vidas no hubiéramos podido disfrutar de todas esas bendiciones que en este año nos dio. 
Por que estoy segura que como a mi a ti te ha guardado de todo mal, de todo peligro, te ha cuidado todos los días, por que dice en su palabra que El no nos dejara ni nos desamparara, es verdad y en este año que esta terminando hemos podido ver su mano en nuestras vidas, hemos visto su fidelidad, su amor incondicional, su apoyo incondicional, hemos visto que no nos ha dejado solos ni un instante que siempre ha ido a nuestro lado, que nos ha guiado por un buen camino, que nos ha dado cosas que a lo mejor no merecíamos, que aunque le hayamos fallado en este año, El no lo ha hecho y ha sido tan fiel, nos ha ayudado en los momentos más difíciles, nos ha dado una salida a nuestros problemas y dificultades, El siempre ha llegado en el momento justo. 
Querido y amado hermano hoy que estamos en los últimos días de este año, toma un tiempo para agradecerle a nuestro Dios por todo lo bueno y maravillosos que ha sido en tu vida.  
Autora: Patty Abrego

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¡Feliz Navidad!

Que la gloria de Dios inunde vuestros hogares hoy y siempre 

El Tabernaculo de la Gracia os desea


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Perdón

Perdón

3: Desempaca el regalo del Perdón


Dios nos dio el regalo de ser restablecidos en la relación con El, este fue el propósito básico del nacimiento de Jesús, reconciliar a todos los seres humanos con Dios.

La palabra Reconciliación significa, acorde con el diccionario: “Restablecimiento de la concordia o amistad perdidas entre dos personas”, esta es entonces una buena palabra para reflexionar en esta Navidad. 

Al aceptar esta reconciliación, es decir,  al aceptar y reconocer que Jesús es nuestro salvador personal y que queremos ser sus seguidores, se restablece nuestra relación con Dios y así todas las cosas de Dios para sus hijos son igualmente restauradas, al entenderlo podemos ver el infinito amor que nos tiene y que nos posiciona en un lugar de privilegio, en el cual, al recibir el perdón y restauración comenzamos a actuar de igual manera, es decir, nos convertimos también en reconciliadores en esta tierra. 

Quizás haya personas con quienes has tenido diferencias, algunas grandes otras tal vez por cualquier motivo insignificante, pero Jesús nos ofrece una oportunidad para poder perdonar y ser perdonados, despojando de nosotros todo orgullo, arrogancia, odio, rencor y egoísmo que pueda impedir que nos acerquemos a esas personas para restablecer la relación y perdonar cualquier agravio personal.


Oremos: “Señor Jesús, te acepto como mi Señor y Salvador, sé que he andado apartad@ de ti estos años, pero ya no quiero seguir así, quiero que me perdones y me aceptes como hij@ tuyo y me inscribas en el libro de la vida. Deseo ser a partir de hoy un reflejo de tu amor y, así también, perdonar y restaurar a quienes me han hecho daño, te lo pido en el nombre poderoso de Jesucristo, Amen”  

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 Esperanza

2: Desempaca el regalo de la Esperanza

La esperanza a veces está puesta en cosas pequeñas tales como esperar que el clima este bueno para nuestros propósitos, o esperar que encontremos un buen aparcamiento disponible en el supermercado.

Pero para muchos la esperanza no está ligada con la certeza, sino que es más como un deseo, algo que quisiéramos que ocurriera. Y la realidad es que muchas veces la vida no sale como esperábamos. Es entonces cuando llega la decepción a la vida y se cambia el optimismo por el desánimo y desesperanza.

Fue en un tiempo de desesperanza colectiva en el que Jesús vino al mundo. El estado de ánimo predominante en Israel era todo menos la esperanza. Estaban bajo la opresión del imperio romano. La presión religiosa de sus líderes era exagerada. Fue en este panorama social en que la verdadera esperanza nació.

¡Jesús nacido representa la esperanza viva! Aquella que trajo al mundo el perdón de los pecados, al igual que la esperanza para un buen futuro, con Él llegó la certeza de la presencia y el poder de Dios en la vida diaria.

Si alguien ha estado luchando con la desesperanza, que este sea el tiempo en el cual pueda desempacar el regalo de la esperanza.
Que puedas repetir como el salmista cuando dijo:  “¿Por qué voy a inquietarme?  ¿Por qué me voy a angustiar?. En Dios pondré mi esperanza y todavía lo alabaré. ¡Él es mi Salvador y mi Dios!" Salmo 42:5. (NVI)

Tienes a tu favor el regalo de la esperanza, aquella que produce certeza, porque el Salvador, y el redentor vino al mundo para que revivas tu fe.


¡Coloca tu esperanza en Jesús en esta Navidad, te garantizo que no te decepcionará!

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Amor

Amor

Una de las cosas atractivas cuando recibimos regalos es el papel que lo envuelve. Cuando vemos el paquete nos inunda una curiosidad por conocer lo que encontraremos debajo de ese empaque. Los regalos que recibimos son una muestra de aprecio y cariño. Y es interesante porque por más bonito que sea el empaque lo más importante siempre está en el interior, lo que hay dentro del papel de regalo es lo que importa.

Igual pasa con Dios, Él nos ha dado el regalo más importante y significativo que se pueda recibir; nos dio a su hijo. Y por medio de Él hemos recibido bendiciones que van más allá de nuestro entendimiento.

Con motivo de la Navidad, vamos a tener una parte del regalo que abriremos para llenarnos de su bendición, al abrirlo descubriremos algo maravilloso que Él nos quiere entregar, una porción para abrir que alimentara nuestra mente, nuestro corazón y espíritu.

1: Desempaca el regalo de su amor.

El amor es y será la máxima expresión de Dios para con nosotros. Tiene la forma de Su hijo Jesús, el Mesías, Emanuel (Dios con nosotros). El primer paquete que abriremos es el de su amor. Al ver en su interior encontramos la invitación de hacerle nuestro Señor, de aceptarlo como nuestro salvador. Es este además el primer paso de nuestra fe. Y es un regalo que estamos llamados a compartir con todos los demás. Es gratis, es para todos y es mi deber compartirlo, pues es la manera en que nosotros amamos a los demás. Una vez recibido este regalo tenemos entrada a todas las promesas de Dios dadas en Su Palabra. ¡Qué maravilla!, Su amor es inmenso. Déjate amar por Dios y acepta este primer regalo.


“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna”. Juan 3:16

Padre, gracias por el amor que me has mostrado al enviar a tu hijo Jesús a la Tierra, quiero dedicarte todos los días un tiempo especial para conocerte más; gracias por tu amor inmenso y el regalo de la vida eterna. Hoy te pido que me des fortaleza para amar a los demás como tu me has amado, lo pido y declaro en el nombre de Jesús, Amen

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La noche de Navidad

Abre mis ojos

Era la noche de Navidad. Un ángel se apareció a una familia rica y le dijo a la dueña de la casa: 

- Te traigo una buena noticia: esta noche el Señor Jesús vendrá a visitar tu casa.

La señora quedó entusiasmada: Nunca había creído posible que en su casa sucediese este milagro. Trató de preparar una cena excelente para recibir a Jesús. Encargó pollos, conservas y vino importados. De repente sonó el timbre. Era una mujer mal vestida, de rostro sufrido, con el vientre hinchado por un embarazo muy adelantado.

- Señora, ¿no tendría algún trabajo para darme? Estoy embarazada 
y tengo mucha necesidad del trabajo.

- ¿Pero esta es hora de molestar? Vuelva otro día, respondió la dueña de la casa. 
Ahora estoy ocupada con la cena para una importante visita. 

Poco después, un hombre, sucio de grasa, llamó a la puerta. 

- Señora, mi camión se ha arruinado aquí en la esquina.
¿Por casualidad no tendría usted una caja de herramientas que me pueda prestar?

La señora, ocupada como estaba limpiando los vasos de cristal y los platos de porcelana, se irritó mucho:

- ¿Usted piensa que mi casa es un taller mecánico? ¿Dónde se ha visto importunar a la gente así? Por favor, no ensucie mi entrada con esos pies inmundos. 

La anfitriona siguió preparando la cena: abrió latas de caviar, puso champaña en el refrigerador, escogió de la bodega los mejores vinos, preparó unos coctelitos. Mientras tanto alguien afuera batió las palmas. Será que ahora llega Jesús, pensó ella emocionada y con el corazón acelerado fue a abrir la puerta. Pero no era Jesús. Era un niño harapiento de la calle.

- Señora, deme un plato de comida.

- ¿Cómo te voy a dar comida si todavía no hemos cenado? 
Vuelve mañana, porque esta noche estoy muy atareada.  

Al final, la cena estaba ya lista. Toda la familia emocionada esperaba la ilustre visita. 
Sin embargo, pasaban las horas y Jesús no parecía. Cansados de esperar empezaron a tomar los coctelitos, que al poco tiempo comenzaron a hacer efecto en los estómagos vacíos y el sueño hizo olvidar los pollos y los platos preparados. 

A la mañana siguiente, al despertar, la señora se encontró, con gran espanto frente a un ángel. 

- ¿Un ángel puede mentir? Gritó ella. Lo preparé todo con esmero, aguardé toda la noche y Jesús no apareció. ¿Por qué me hizo esta broma?

- No fui yo quien mentí, fue usted la que no tuvo ojos para ver, dijo el ángel.
Jesús estuvo aquí tres veces, en la persona de la mujer embarazada, en la persona del camionero y en el niño hambriento.

Ten abiertos tus ojos y oídos para recibir las buenas nuevas 
que Dios quiere traer a tu vida y para saber recibir a tiempo las maravillas que Jesús 
quiere compartir contigo hoy y siempre.

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Es Navidad...

Es Navidad...

Es navidad cada vez que sonríes a un hermano
y le tiendes la mano.

Es navidad cada vez que estás en silencio 
para escuchar al otro.

Es navidad cada vez que no aceptas aquellos
principios que destierran a los oprimidos
al margen de la sociedad.

Es navidad cada vez que esperas con aquellos que desesperan en la pobreza física y espiritual.

Es navidad cada vez que reconoces con humildad
tus límites y tu debilidad.

Es navidad cada vez que permites al Señor renacer para darlo a los demás.

(Madre Teresa)

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La Historia de un Mantel

La Historia de un Mantel
Una historia basada en un hecho real acerca de la providencia de Dios y con mucha riqueza espiritual. Habla de lo compleja que es la vida, de las vueltas que da y que los tiempos de Dios no son los mismos que los nuestros. Lo que para muchos es azar, suerte, casualidad, destino... es el plan de Dios que se revela cuando Él quiere y como Él quiere. Espero que os guste y os haga reflexionar un rato..

A un joven sacerdote le habían asignado reabrir una iglesia en los suburbios de Brooklyn, New York. Estaba entusiasmado con la preciosa tarea pero cuando llegó se encontró que estaba en pésimas condiciones y había mucho trabajo para repararla. 

Pero su ilusión le hizo fijarse la meta de tener todo listo para Nochebuena. Trabajó arduamente, reparando los bancos, paredes, pintando, etc., y para el 18 de diciembre ya había casi terminado. 

Pero al día siguiente cayó una terrible tempestad en la zona que duró dos días. Cuando el día 21 el sacerdote fue a ver la iglesia, su corazón se contrajo. El agua se había filtrado a través del techo y había destruido la pared frontal del santuario, justo detrás del púlpito, dejando un hueco considerable. El sacerdote limpió el desastre y, no sabiendo qué más hacer sino posponer la celebración de la Nochebuena, salió triste para su casa. 

En el camino vio un mercadillo con fines caritativos y se entretuvo ojeando los artículos en venta. Uno de ellos era un hermoso mantel hecho a mano, color hueso, con un trabajo exquisito de aplicaciones, bellos colores y una cruz bordada en el centro. Era justamente el tamaño adecuado para cubrir el hueco en la pared. Lo compró y volvió atrás camino a la iglesia. Justo había empezado a nevar. Una mujer mayor iba corriendo tratando de alcanzar el autobús pero lo perdió. 

El sacerdote la invitó a refugiarse en la iglesia, ya que el próximo tardaría unos 45 minutos. La señora, agradecida, se sentó en uno de los bancos sin prestar atención al reverendo que intentaba colocar, subido en una escalera, el mantel como tapiz para tapar el hueco. De pronto, la mujer pálida como una hoja de papel, le dijo: Padre, ¿dónde consiguió usted ese mantel? El padre le explicó. La mujer miró en la esquina si encontraba unas iniciales bordadas. Y allí estaban. Ella había bordado ese mantel 35 años atrás en Austria. La mujer le explicó que cuando los Nazis llegaron, tuvieron que huir pero fue capturada, enviada a prisión y nunca volvió a ver a su esposo.

El sacerdote la acompañó a su casa y, aunque quiso regalarle el mantel, ella no quiso. 

¡Qué maravillosa fue la celebración de la Nochebuena! Al terminar, todos se marcharon a sus casas menos un anciano que se quedó atónito delante del púlpito. El hombre preguntó asombrado dónde había encontrado ese mantel. Después de habérselo contado, le explicó al sacerdote que un mantel igual a ese lo había bordado su esposa, a la que nunca volvió a ver porque fue detenida durante la guerra en Austria hacía ya 35 años. El sacerdote quiso, mientras le contaba la historia, llevarlo con él a dar una vuelta. Se dirigieron hasta la misma casa donde el padre había llevado a la mujer tres días antes. 

Tocó en la puerta y presenció la más bella reunión de Navidad que pudo haber imaginado.

El sacerdote Bob Reid aprendió en aquel día que Dios obra de una manera especial, en un tiempo perfecto a favor de sus hij@s.

“Si confiamos que El Señor está en control de nuestra vida, a pesar de las dificultades y circunstancias, a su tiempo veremos cumplidos los deseos de nuestro corazón”

Fuente: La Red

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El Mejor Regalo de Navidad

Tu Mayor Tesoro…

Carlitos estaba sentado mirando la pequeña montaña de regalos que estaban cerca de la chimenea. Su madre entró y le dijo: ¿En que piensas Carlitos?
Carlitos dijo…estaba pensando en cual de estos será el mejor regalo.
Carlitos- respondió su madre- el valor de los regalos no se mide ni por el tamaño, ni por el color, el precio o la simple envoltura, ni siquiera por la utilidad del mismo. El valor de un regalo se mide por el corazón.
¿Por el corazón, mami? Los regalos no tienen corazón.
Carlitos, los regalos si tienen corazón.
No mami…mira-tomando un regalo lo puso en el oído y dijo- Mira mami, no se escuchan latidos.
Oh Carlitos. Los regalos si tienen corazón. Es el corazón de quién lo da, que se extiende hasta el regalo mismo. Cuando alguien te da un regalo, solo por compromiso o con motivaciones erradas, ese regalo llega a ti sin corazón. pero, cuando alguien te da un regalo con todo su corazón, ese palpitar viene al regalo y ese es el verdadero valor del mismo.
Carlitos sonrió y dijo: Uhhh, entonces tengo que volver a hacer otro regalo, porque el regalo que tengo para Rosa, no tiene corazón.
La madre sonrió y le dijo: Mira, nunca un ser humano ha recibido un regalo de más valor que el regalo que Dios nos dio. Nos dio a su único hijo y nos lo dio con todo su corazón, para que tu ahora tuvieras tu corazón vivo y vibrante.
¿De verdad? preguntó Carlitos.
Si hijo. Por eso tienes que amar ese regalo con todo tu corazón, porque ese regalo trae el corazón de Dios. Vive con ese regalo y para ese regalo.
Si mami-dijo Carlitos- Lo haré y salió corriendo para jugar con Rosa.
¿Has visto a Jesús como el más grande regalo para tu vida?
¿Vives para él y por él?
Este es un buen día para entender el corazón de Dios y tener el mejor regalo.
Isa 7:14  Por tanto, el Señor mismo os dará una señal: He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel. 
Juan 3:16,17 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en El, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El. 

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Tu Mayor Tesoro…

Tu Mayor Tesoro…
Cuentan que una vez un hombre caminaba por la playa en una noche de luna llena mientras pensaba:
“Si tuviera un auto sería feliz.” 
“Si tuviera una casa grande sería feliz.”
” Si tuviera un excelente trabajo, sería feliz”

” Si tuviera pareja perfecta, sería feliz”
En ese momento, tropezó con una bolsita llena de piedras, y empezó a tirarlas una por una al mar cada vez que decía: “Sería feliz si tuviera…”
Así lo hizo hasta que solamente quedaba una piedrita en la bolsa, la cual guardó. 
Al llegar a su casa se dio cuenta de que aquella piedrita era un diamante muy valioso.  
¿Te imaginas cuantos diamantes arrojó al mar sin detenerse y apreciarlos?
Cuántos de nosotros pasamos arrojando nuestros preciosos tesoros por estar esperando lo que creemos perfecto o soñado y deseando lo que no se tiene, sin darle valor a lo que tenemos cerca nuestro.
Mira a tu alrededor, y si te detienes a observar, te darás cuenta de cuan afortunado eres. Muy cerca de ti, está tu felicidad, y no le has dado la oportunidad de demostrarlo.
Observa la piedrita, que puede ser un diamante valioso. 
Cada uno de nuestros días es un diamante precioso, valioso e irremplazable. Depende de ti aprovecharlo o lanzarlo al mar del olvido para nunca mas poder recuperarlo.
Fuente: renuevodeplenitud.com 

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Valora!!

valora la vida


“Nunca sabes lo que tienes hasta que lo pierdes”
La mayoría de las veces no somos conscientes de lo afortunados que somos de poder tener la vida que se nos ha concedido. No aprendemos a valorar lo que Dios nos ha dado, y tan sólo, lo apreciamos de verdad cuando es demasiado tarde.
 Aprovecha cada segundo del tiempo con tus seres amados, tus padres, tus hijos, tus hermanos, tus amigos... y recuerda que la vida del hombre es como la flor del campo, que hoy es y mañana no, no esperes el mañana, aprovecha el hoy.



Salmos 90:12

Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría.

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