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¡No! estas solo

día de angustia


Salmos 50:15  E invócame en el día de la angustia;
                          Te libraré,  y tú me honrarás.

Hay situaciones y momentos críticos que atravesamos en la vida que escapan de nuestro control, enfermedad, situación laboral, hipoteca, deudas, problemas afectivos, etc. La desesperación y la angustia se apoderan de nosotros y no encontramos la  salida a nuestro estado.
Ahora quizás te preguntes que el que escribe estas líneas te va a dar otro comentario teórico y religioso sobre el tema, pero no, amig@ quiero compartir contigo la realidad del evangelio, la verdad de la palabra y la   certidumbre de que lo que hemos vivido y conocemos, eso hablamos.
No podemos hablar de enfermedad, si nunca la hemos padecido, ni de soledad, si nunca la hemos sentido, ni de depresión, si no hemos estado sumidos en ninguna y conocemos lo terrible que es ella.                                
Por eso digo que lo que he vivido, lo comparto contigo.

Como creyente te digo que las pruebas son necesarias en nuestra vida y aunque a menudo nos parezcan muy duras, el mismo Señor Jesucristo vino a enseñarte que las tenemos que pasar y superar para ser más fuertes.

El mismo las probó acuérdate, en el desierto, antes de lanzarse al mundo, él venció a satanás. En la sinagoga de su pueblo fue rechazado y lo querían despeñar. Cuando estaba en Getsemaní sus discípulos más fieles lo dejaron en la más horrible soledad y tuvo que enfrentarse solo a ella, ningún ser humano es capaz de soportar tanta presión que de su sudor salían gotas de sangre. Y sabiendo que ningún ser humano se merecía su sacrificio, no vacilo en dar su vida por ti, por mi y por toda la humanidad. 

A lo largo de mi vida he pasado por momentos de mucha angustia, soledad, depresión, enfermedad, situaciones de mucha adversidad. etc Y puedo decirte que  la promesa del versículo del inicio es cierta.                                    
Jesús está ahí para fortalecerte, es tan tremendo su amor y nos conoce tanto que sabe lo que estas padeciendo y acude rápido cuando tú lo buscas a Él.                                                                                                                              
Yo lo he probado, cuando estaba sumido en una gran depresión y creía que no había salida para mí, clame a él y me escucho,  ¡vaya si me escucho! “es más”, sentí que me abrazaba y la paz que me produjo en mi interior fue tal, que desde entonces no hay situación que no acuda a buscar de su presencia. El Espíritu Santo es tan real en ese momento que él está preparando nuestro encuentro de intimidad.                                                                    
Así que amig@ si estas pasando por un mal momento, no te quedes quieto entra en tu lugar secreto y a solas pide al Espíritu Santo que te conduzca hacia Él.  

Filipenses 4:6-7  Por nada estéis afanosos,  sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego,  con acción de gracias. Y la paz de Dios,  que sobrepasa todo entendimiento,  guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.

Fuente: Tabernáculo de la Gracia

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