Mientras estaba sentado allí, preguntándole a Dios por qué, Él me reveló Su gracia y paz. Allí se hallaba un hombre que más tarde descubrí había luchado contra un cáncer por 7 años, perdido a su esposa por el cáncer, y que tenía a su propio hijo en coma en la Unidad de Cuidados Intensivos.
Sin embargo, este hombre se acercó a mi esposa y a mí y nos preguntó si necesitábamos una sábana o almohada.
El hospital en Fort Worth, Texas le permitía a la gente literalmente “acampar” en la sala de espera de la Unidad de Cuidados Intensivos, y ya que éramos los nuevos en la manzana, no estábamos al tanto de esos detalles. Este hombre, quien todavía llevaba una enorme carga, se estiró y puso su fe en acción, aún en medio de su propia desesperación.
Dios me mostró, a través de el simple acto de bondad de este hombre, que Él se basta para sacarnos adelante de cualquier situación.
Mi hijo sobrevivió y enterramos a nuestra nietecita de un año.
En medio de todo eso, he visto a Dios manifestarse y ofrecernos esperanza, aún en nuestra hora más oscura. Este simple acto de bondad me demostró que Dios puede obrar a través nuestro, aún cuando nuestras cargas nos tengan contra el piso.
Eddie Gallagher
Y se nos olvida que otros luchan más que nosotros, sufren más que nosotros y podrían llorar más que nosotros y sin embargo no retroceden si se encasillan, sino que han entendido la bendición de tocar a otro aún con gestos y detalles pequeños que podrían cambiar el rumbo de la vida.
Fuente: renuevodeplenitud.com