Sabias lo que tenias que hacer y no lo hiciste, Dios te dio una orden que no quisiste cumplir, creíste que las cosas podía cambiar, que podían ser de otra forma o que los resultados que obtendrías iban a hacer los que soñabas, sin embargo te fue mal.
Y es que nunca que desobedezcamos al mandado o a las instrucciones de Dios nos irá bien, ten por seguro que siempre que hagas lo contrario a lo que Dios te está diciendo te ira mal, y será así porque si Dios te dice cómo tienes que actuar, que decisiones debes de tomar o cómo debes afrontar esa situación, es porque Él ya sabe el resultado que tendrás si lo haces según tu propio criterio, por eso trata de guiarte, pero muchas veces cierras tus oídos a Dios.
Y es que pareciera que a veces solo quieres prestas atención a lo que te gusta oír, pero cuando escuchas algo que no te gusta o que crees que no tiene que ser así, cierras tus oídos para “no escuchar a Dios” y terminas haciendo lo que tú crees que tienes que hacer, ¡Vaya que error!
A través de la historia hemos visto gente que ha hecho lo contrario a lo que Dios le ha dicho y ha terminado mal: Adán desobedeció a Dios comiendo del fruto prohibido, cuando Dios ya le había dicho lo que ocurriría, sin embargo, cerro sus oídos. Saúl no destruyo a todo Amalec creyendo que si guardaba lo mejor del ganado y traía como trofeo al rey de Amalec vivo seria felicitado, sin embargo Dios lo desecho y busco a uno mejor que él. Jonás, cerró sus oídos a Dios y decidió ir exactamente al lado contrario de a donde Dios lo estaba enviando, como consecuencia, un pez gigante se lo trago y paso unos días en la panza del pez hasta que entendió que era mejor obedecer.
A veces nosotros hacemos exactamente lo mismo, cerramos nuestros oídos a lo que Dios nos está hablando y terminamos haciendo lo que nosotros creemos que es correcto. El resultado de esta mala decisión es el dolor, la frustración y el desanimo de ver que las cosa no salieron como esperábamos.
Lo peor de todo esto, es que además de cerrar nuestros oídos a lo que Dios nos está diciendo y hacer lo que nosotros queremos, es que cuando las cosas nos va mal, terminamos echándole la culpa a Dios, diciéndole sin una pizca de vergüenza: “¿Por qué permitiste que tomara esta decisión? ó ¿Por qué permitiste que me fuera mal?”, como que si Dios tuviera la culpa y no te hubiera hablado antes por muchos medios, sin embargo cerraste tus oídos a su voz.
A veces el tsunami de emociones que tenemos encima nos lleva a cerrar nuestros oídos a lo que Dios nos está hablando, a veces muy bien sabemos que no tenemos que tomar esa decisión, sin embargo terminamos tomándola.
A veces sabemos que vamos camino al fracaso y por más que Dios insiste en hablarnos por cualquier medio, insistimos en cerrar nuestros oídos para no obedecer lo que Él nos está diciendo.
¿Qué estas esperando para obedecer a Dios?, ¿Por qué en lugar de obedecer a su primer mandato cierras tus oídos?, Si Dios ya te dijo que esa relación de noviazgo no es la que quiere para ti, ¿Por qué insistes en cerrar tus oídos?, Si Dios ya te dijo que ese negocio que quieres emprender no es correcto, ¿Por qué cierras tus oídos?, Si Dios ya te dijo que cosas tienes que cambiar, ¿Por qué sigues cerrando tus oídos?, Si Dios ya te dio las instrucciones precisas de lo que tienes que hacer, ¿Por qué te haces el que no entiendes y cierras tus oídos a sus insistentes mensajes?
¿Por qué insistes en actuar de esa manera?, ¿Has visto alguna vez que haciendo lo contrario que Dios te está diciendo te irá bien?, si haces lo contrario a lo que Dios te está mandado pueda que al principio todo parezca de ensueño, pero al final las cosas siempre saldrán mal, porque cuando Dios te quiere guiar en algo, es porque lejos de hacerte daño quiere cuidar tu corazón y evitar que te enfrentes a situaciones dolorosas que puedan afectar tu animo y tu relación con Él.
Cuando Dios te da un mandato que a la primera no se oye tan bonito o al analizarla te das cuenta que será difícil de acatar, aun con todo esto, ¡Obedece!, lo menos que Dios quiere es hacerte daño, lo menos que Dios quiere es hacerte infeliz, al contrario, Él siempre velara por tu bienestar, por lo tanto aun cuando creas que su voz te está diciendo que hagas algo muy difícil, ¡Hazlo!, porque al final te darás cuenta que Dios siempre tuvo la razón.
Hoy quiero motivarte a que no sigas cerrando tus oídos a Dios, Él ha estado desde hace mucho tiempo hablando a tu vida, tú sabes bien que es lo que ha estado diciéndote, tú bien sabes que decisiones tienes que tomar, no desobedezcas, no hagas lo contrario esperando que te vaya mejor, porque ¡Jamás! Te irá bien si haces lo contrario a lo que Dios te está mandando a hacer.
¡Obedecer a Dios, aun cuando sea difícil, es mejor que cualquier buena idea o cualquier buen plan que tengas!
“Así que Moisés le dijo al pueblo: «Asegúrense de obedecer todos los mandatos del SEÑOR su Dios y de seguir sus instrucciones al pie de la letra. Manténganse en el camino que el SEÑOR su Dios les ordenó que siguieran. Entonces tendrán una vida larga y les irá bien en la tierra donde están a punto de entrar y que van a poseer”. Deuteronomio 5:32-33 (Nueva Traducción Viviente)
“Pero Samuel respondió: —¿Qué es lo que más le agrada al SEÑOR: tus ofrendas quemadas y sacrificios, o que obedezcas a su voz? ¡Escucha! La obediencia es mejor que el sacrificio, y la sumisión es mejor que ofrecer la grasa de carneros”. 1 Samuel 15:22 (Nueva Traducción Viviente)
Fuente: alientodairio