Canción tradicional Cherokee.
El guerrero aprende a cantar y sentir las palabras.
El guerrero aprende a cantar y sentir las palabras.
Hoy se levanta y recuerda un canto Indígena del pueblo Cherokee , y entiende una vez más, en su corazón , que la sabiduría esta en boca de los más humildes.
Lentamente empieza a tararear :
Un hombre susurró : Dios, habla conmigo!
Y un ruiseñor empezó a cantar...
Pero el hombre no oyó.
Un hombre susurró : Dios, habla conmigo!
Y un ruiseñor empezó a cantar...
Pero el hombre no oyó.
Entonces el hombre repitió:
Dios, habla conmigo! Y un eco de un trueno,se oyó...
Dios, habla conmigo! Y un eco de un trueno,se oyó...
Más el hombre fue incapaz de oír.
El hombre miro en derredor y dijo:
¡Dios déjame verte!
Y una estrella brillo en el cielo...
Pero el hombre no la vio.
¡Dios déjame verte!
Y una estrella brillo en el cielo...
Pero el hombre no la vio.
El hombre comenzó a gritar:
¡Dios muéstrame un milagro!
Y un niño nació...
Más el hombre no sintió
el latir de la vida.
¡Dios muéstrame un milagro!
Y un niño nació...
Más el hombre no sintió
el latir de la vida.
Entonces el hombre comenzó
a llorar y desesperarse:
¡Dios tócame y déjame saber
que estás aquí conmigo...!
Y una mariposa se posó
suavemente en su hombro...
El hombre espantó la mariposa
con la mano y, desilusionado,
continuó su camino,
triste, sólo y con miedo.
a llorar y desesperarse:
¡Dios tócame y déjame saber
que estás aquí conmigo...!
Y una mariposa se posó
suavemente en su hombro...
El hombre espantó la mariposa
con la mano y, desilusionado,
continuó su camino,
triste, sólo y con miedo.
Unas lágrimas se deslizan por las mejillas del guerrero,
mientras mirando al cielo, se pregunta:
¿Por qué el mundo no comprende que Dios está donde está la vida?
¿Hasta cuando habrá gente que se resiste a ver los milagros teniéndolos ante sus ojos, todo el tiempo y todos los días de la vida?
El viento corre y lo despeina, se lleva con el sus lágrimas.
Y el guerrero se pone en marcha, con la esperanza de que sus amigos puedan abrirse a los milagros, y que sean capaces de ver que Dios está ahí, todo el tiempo, y entiendan que no es una cuestión de fantasía, es real, tan real como que vivimos.